Cuando respiro y me vuelvo a conectar con el presente, recuerdo que no existen dilemas o decisiones imprescindibles que tomar en este momento. Solo puedo pensar en todos los libros que me esperan en mi pequeña biblioteca y en esos impulsos que me privo de cumplir, porque sí. Siempre tengo hambre de más y he pretendido creer que no puedo brincar tan alto y lejos, sino que debo afincarme y hacer raíces, pero yo no soy así. Recién me doy cuenta de que un discurso esperanzador y algo patético ha estado dirigiendo mi rastro. No tiene origen evidente, quizá jamás se revele, y no importa. Habrá que girar el plexo. Entrar en contacto con esa antigua fuente de poder. Honrar esta verdad. Que todo fluya

Comments