¿Porqué nos juzgamos tanto por tener pensamientos tristes o recordar el pasado con tanto anhelo? ¿Porqué nos prohibimos a nosotros mismos dejarnos caer? ¿Porqué no está normalizado dejar de sonreír?
Nuestra alma es sabia. Hay que escucharla.
Si nuestro "yo del presente" nos está pidiendo a gritos redescubrir eso que duele, escarbar la tumba de lo que nos atormenta y vomitar la angustia, hay que hacerle caso.
No hay que tenerle miedo, más bien hay que ahondar en la emoción que nos quiere habitar, ser arqueólogo de uno mismo, vivirse, conocer a nuestro criminal, santo, héroe y cobarde, dejarnos caer una, dos, y a la tercera vez como por arte de magia (algunos le llaman supervivencia) replegaremos alas y nos reencontraremos con nuestro impulso esencial de vida.
Déjate. Solo así todo pasará más rápido.

Comments