He sentido la necesidad de enamorarme una y otra vez de ti en una misma noche.
Develaste una pequeña parte de tus pensamientos entre sueños, risas y una borrachera interminable.
No sé quien eres, pero la curiosidad me mata y la fascinación me pide hundirme en tus ojos humanos y dulces.
Eres como un pan de chocolate en la mañana.
Hay una conexión química, cósmica e inexplicable en la manera cómo nos tocamos las manos a escondidas por el costado del asiento delantero del automóvil.
Quisiera perderlo todo en el tiempo y despertar sin miedo. Emuná.

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