No hay nada mejor que enredarme en tus brazos,
perderme contando el sinfín de lunares en tu espalda
y ahogarme en el olor de tus rizos que ciegan mis miedos.
Porque cuando escondo mi mano bajo la tuya,
arriba es abajo y lo que esta lejos se acerca.
Emprendo una danza que me tienta a converger contigo una y otra vez,
en todas las dimensiones posibles que puedan habitar tus otros tus y mis otros yos.
Y es que no quiero librarme de ti nunca.
He de capturar tu naturaleza en una fotografía viva :
Que envejezca placenteramente
Que me arrulle con frecuencia
Que aguante mi anhelo atroz de encajar en ti
Que emule tu semblante en las siestas
Que con fineza riña mis desbalances anímicos
Y bese con frenesí cuando mis labios se congelen.
Así te quiero:
en retrato honesto,
sin trazos efímeros
y con esa mirada continua
que me persuade a quedarme cada vez que me voy.
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